¿Qué puedo hacer para que mi hijo estudie?
Viernes 01 de Julio, 2016
Muchos niños y niñas en edad escolar , en algún momento pierden el interés por los estudios, es por ello que quisiéramos compartir algunos tips con nuestros padres y apoderados para que consideren y apoyen a sus hijos en este tan complejo momento.

“No tiene interés”.  “Se distrae constantemente “.  “Es una batalla diaria comenzar a hacer las tareas”. “No encuentra el sentido de tener que estudiar cosas que nada se relacionan con sus propios intereses y que a su juicio, no les servirán para nada en la vida real”. Éstas son algunas frases que suelen decir algunos padres de niños que tienen bajo rendimiento escolar. Algunos de los factores que pueden influir en el bajo rendimiento académico es la falta de interés o desmotivación hacia el aprendizaje cuyas causas pueden ser:

  • Trastornos del aprendizaje (Condición en la que un niño o niña presenta una alteración de sus habilidades neuropsicológicas que interfiere en su aprendizaje)

 

  • Presencia de  factores externos  de tipo familiar (problemas económicos, rupturas matrimoniales, etc.)
  • factores intraescolares. (Malas relaciones con sus pares o profesores)

Pero, ¿qué es la motivación?

 Son estados y procesos interiores que impulsan, dirigen o sostienen la actividad de un individuo. Por el contrario, la Desmotivación es un estado provocado por la falta de estímulos de carácter intrínsecos y extrínsecos que atentan contra el desarrollo voluntario del individuo.

Albert Einstein desmintió que sus  descubrimientos fueran fruto de su brillante inteligencia. Él mismo presentó problemas de aprendizaje durante su etapa escolar que lo relegaron a un plano muy discreto. Einstein aseguraba que todo el mérito de sus logros no era tanto de su inteligencia sino de su perseverancia. En otras palabras tenía una gran motivación para triunfar en aquello que se propuso

Cuando un niño(a) o un(a) joven se enfrenta al reto de ir a la escuela, asumir unos aprendizajes, hacer unos exámenes y aprobar, sus resultados van a estar determinados por dos factores: el potencial de aprendizaje (capacidades intelectuales para aprender) y sobre todo por la actitud y motivación

Un estudiante con un potencial de aprendizaje normal o ligeramente bajo, pero con ALTA MOTIVACIÖN probablemente obtendrá mejores logros académicos. Por el contrario, los estudiantes como superdotados que se caracterizan entre otras cosas, por su elevado potencial de aprendizaje, pueden tener fracaso escolar.

¿Somos como padres unos modelos coherentes con lo que pedimos?  ¿Estamos en condiciones de motivar a nuestros hijos?

Regla de oro: “SER EL PRIMERO EN DAR EJEMPLO”.

Recordar que ellos aprenden conductas observando la de sus padres. Si yo leo, ellos  leen, si me preocupo de sus tareas ellos también lo harán.

  • Plantearse metas razonables
  • Consecución de metas personales y familiares.
  • Ser coherente con nuestros sueños e ilusiones.
  • Mejorar nuestras expectativas con respecto a nosotros mismos.

 

Si como adultos no hemos sabido transmitir esto no estaremos en las mejores condiciones para motivar a nuestros hijos.

 
Para motivar en el estudio es necesario que:

  • Dispongan de un espacio suficiente con su propio material en una zona silenciosa y sin distractores (ruidos, ventanas a la calle, etc.)  
  • Una adecuada iluminación y temperatura resultan muy importantes para su adecuado rendimiento.
  • En la medida de lo posible podemos dejarlo/la que personalice su rincón de estudio según sus preferencias.
  • Nunca estudiar en la cama ya que esto induce al sueño.
  • Para motivar a nuestros hijos es imprescindible que sientan que pueden conseguirlo y que además tiene un plan en el que le vamos ayudar. 
  • Dejar que pudieran decidir algunos aspectos, proponerles que nos presenten su propio plan para empezar a estudiar y sacar adelante el año escolar.
  • A partir de este esbozo los padres pueden supervisarlo, ajustarlo según su propia experiencia y finalmente pactar su puesta en marcha y efectuar una supervisión.

  • La motivación del estudiante aumentará a medida que percibe cierta autonomía y que él mismo es capaz de generar el cambio no tanto por imposición de los padres sino por convicción.
  • Una vez que las notas favorables llegan y recibe el reconocimiento de compañeros, padres y maestros, esta motivación se afianzará.
  • Marcar primero un objetivo final (aprobar todas las asignaturas del semestre) y objetivos parciales (por ejemplo, estudiar cada semana una lección de Historia, etc.)
  • Debemos estructurar y concretar paso a paso.  (Es decir, antes de conseguir aprobar el curso, el niño debe ser capaz de estudiar un determinado tiempo durante unos días para aprender la lección antes de la prueba)
  • Debemos conocer todo el temario, asignaturas, contenidos, etc., así como las fechas de los exámenes de nuestros  hijos.

Para establecer un PLAN de acción

Primero determinar los horarios que va a dedicar al estudio. Estos deben ser factibles de realizar. Nunca exigentes.

Plantearnos cuál de los padres, familiar u otro le dará apoyo o supervisión y cómo va a hacerlo.

  • Los padres deben estar tranquilos y ser pacientes, evitar mensajes derrotistas o de desaliento cuando las cosas van mal. Llegar a acuerdos de recompensa   para cuando acabe los deberes.
  • Antes de recriminarle o reclamarle el cumplimiento de sus deberes, hacerle ver los aspectos en los que ha avanzado positivamente, esto le dará seguridad y verá que todavía confiamos en él.
  • No caer en el error de sobredimensionar las horas de estudio para compensar las dificultades de aprendizaje cuando las hay. Ello puede tener un efecto nefasto sobre la motivación que queremos impulsar. Ir paso a paso es fundamental. Debemos ser constantes y perseverantes pero nunca perder la calma.
  • Recuerde que si como padres queremos motivar a nuestros hijos/as, nosotros mismos deberemos ser capaces de ofrecer un modelo claro y coherente con nuestras peticiones. Si a menudo nos quejamos del trabajo, nos damos fácilmente por vencidos, preferimos callar que luchar o no somos capaces de transmitir ilusión en general, el logro de la motivación se hará más difícil.
  •  Si queremos motivarle adecuadamente deberemos pedirle que consiga aquello para lo que realmente está capacitado. No debemos exigirle más allá de sus posibilidades.  La motivación, debe basarse en expectativas realistas.
  • Las expectativas  positivas  y realistas  aumentarán las posibilidades de éxito. Transmítale inseguridad o bajas expectativas y el fracaso está garantizado. 

  • No lo engañe nunca. Las expectativas que la transmita tienen que estar a la altura de lo que realmente su hijo/a puede conseguir, nunca por encima de ellas ya que podría producir frustración y baja autoestima.

Reportero y fotografo: Profesor y Psicopedagogo Fernando Hurtado