Si bien, el Vía Crucis está compuesto por catorce estaciones que representan el sufrimiento de Jesús, desde su condena hasta su sepultura, se recordó que, en el año 1991, el papa Juan Pablo II incorporó una última estación, la quince, para agregar el momento de la resurrección de Jesucristo. Por esa razón, en esta última estación, el equipo directivo descubrió un cuadro con Cristo resucitado, actividad con que culminó este acto litúrgico.
Fue emocionante apreciar la responsabilidad y compromiso con que las personas asumieron sus roles dramáticos para dar vida a las diferentes, estaciones, ante el respeto y admiración de la comunidad presente. Cada estación fue explicada y animada por el coro litúrgico de la Escuela.Por la tarde, los niños de prekínder realizaron sus actividades religiosas, animados por sus profesoras y asistentes.